Vino Casero Tradición de Familia



Desde Valle d`Istria a Buenos Aires...

La historia de Tradidión de Familia comienza en el norte de Italia, en el seno de una familia campesina que, tras cosechar sus vides, iniciaba, año tras año, una ceremonia casi ritual para elaborar sus vinos, en donde la alegría y el amor y el orgullo por la tierra estaban presentes.

"L`acqua fa male, il vino fa cantare"... Entre cánticos y el trabajo familiar se desarrollaba esta tarea para lograr un vino con personalidad. Luego, la Segunda Guerra Mundial y, como ya es historia, cientos de miles de inmigrantes encontraron en Argentina un hogar. Sus costumbres, sus tradiciones y su cultura fueron la herencia que le dejaron a sus hijos, y éstos a los suyos.

Así, de generación en generación, Tradición de Familia, trae consigo ese bagaje que se enriquece con los frutos de los fértiles suelos argentinos y nuestro trabajo artesanal para lograr un sabor propio que nos distingue y que deseamos compartir.


QUIENES SOMOS

Tradición de Familia hace honor a su nombre. Se trata, por sobre todas las cosas, de un legado que ha pasado de generación en generación; que se heredó de quienes nos precedieron y se pretende entregar a quienes nos sucedan.

Desde el pequeño pueblo de Valle, en la península de Istria bañada por el mar Adriático, hasta Villa Ariza, barrio del partido bonaerense de Ituzaingó, la tradición de elaborar artesanalmente el vino al interno familiar se renovó generando un emprendimiento productivo que se abre al público para entregar lo mejor de sí.

La calidad de nuestro producto está asegurada por las características de los varietales, materia prima proveniente de Mendoza -la provincia argentina vitivinícola por excelencia-, sumado al trabajo totalmente manual en el proceso de molienda, brindando un trato más cuidado a la uva, y a la crianza en barricas de roble francés y americano, que le aportan cualidades propias y transforman al vino en una bebida que cobra vida.

Como bodega boutique, elaboramos partidas limitadas y exclusivas que, por su tratamiento de autor durante todo el proceso de producción, dan como resultado un producto único y distintivo dentro del mercado vinícola.

Nuestro trabajo se encuentra avalado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, en donde nos encontramos inscriptos como elaboradores de vino casero con la matrícula XVC 051. Es el mismo INV el que certifica nuestros vinos autorizándonos para la venta en todo el territorio nacional.

Toda la experiencia heredada en la labor, junto a la calidad de la materia prima, se encuentra supervisada gracias a la colaboración del enólogo internacional Héctor Becerra (Mat. Nº361).